¿Qué coser con tela de mariquitas?
Hoy quiero compartir con vosotros algo que, sinceramente, me ha tocado el corazón. Ya sabéis que me encanta hablaros de todas esas maravillas que hacéis con nuestras telas; pues bien, hoy es uno de esos días especiales.
Hace unos meses, nuestra cliente Isabel de @markistelesifils, una de las almas creativas de nuestra comunidad, decidió embarcarse en un proyecto que es puro amor: un portadocumentos para un pediatra, hecho con dos de nuestras telas que, entre nosotros, son de mis favoritas. ¿Recordáis esa tela de algodón con mariquitas bailando sobre un fondo de topos? Y, cómo no, ese piqué de topos rojos que es pura alegría. Pues sí, esos fueron los elegidos para su proyecto.
Lo que Isabel ha conseguido con estas telas va más allá de lo bonito; ha creado algo que trae sonrisas, algo que, estoy segura, hará que cada día de trabajo del pediatra sea un poco más alegre. Este portadocumentos no es solo un objeto útil; es una muestra de atención, de cariño, y de esa magia que solo la costura puede crear.
Y es que, amigos, cuando elegimos una tela, no solo estamos seleccionando un material. Estamos escogiendo historias, momentos, y recuerdos que queremos compartir. Este proyecto de portadocumentos son risas de niños, son esas pequeñas cosas que hacen grande la vida.
Este proyecto me ha recordado por qué amo tanto lo que hacemos aquí, en Costurika. No es solo vender telas; es ser parte de vuestras historias, de vuestros sueños, y de esos proyectos que, con cada puntada, van tejiendo la tela de nuestras vidas.
Quiero aprovechar para darle las gracias a Isabel (por favor revisar su insta @markistelesifils), no solo por elegir nuestras telas para su proyecto, sino por recordarnos la belleza de crear con amor. Y a vosotros, os animo a seguir compartiendo vuestras creaciones, vuestras ideas, y vuestras historias. Porque cada uno de vuestros proyectos nos inspira y nos une un poquito más.
En fin, ¿qué más puedo decir? Solo me queda invitaros a seguir llenando el mundo de color, de alegría, y de esas pequeñas mariquitas de tela que, estoy segura, pueden hacer cualquier día, un poco mejor.
¡Hasta la próxima, queridos costureros y costureras! Y recordad: detrás de cada tela, hay una historia esperando ser contada.